ESCLEROSIS MÚLTIPLE

La Esclerosis Múltiple es una enfermedad poco común. Es de origen autoinmune, es decir, la inmunidad (“defensas”) del paciente está alterada, sobre-estimulada. Es desmielinizante: el sistema inmune alterado ataca la mielina y la destruye (capa de grasa que rodea y protege a las neuronas). Como consecuencia se produce inflamación del sistema nervioso central (cerebro, médula y/ó nervio óptico) y neurodegeneración a largo plazo.

Predomina en mujeres de edad media (entre 20 y 40 años) y es más frecuente en la raza caucásica.

Se desconoce su causa. Influyen tanto factores genéticos como ambientales. En un 10% de los casos existe agregación familiar (varios miembros de la familia afectados por la enfermedad).

Su forma de presentación más frecuente es con brotes (síntoma neurológico deficitario) que generalmente se recupera ad integrum.

Los síntomas neurológicos son muy variados y dentro de ellos destacan:

  1. Pérdida ó disminución brusca de la visión de un ojo, generalmente acompañada de dolor
  2. Hormigueo y adormecimiento de cara y/ó extremidades.
  3. Debilidad de una o varias extremidades.
  4. Vértigo
  5. Desequilibrio y dificultad para caminar, etc.

Éstos se instalan en un lapso de horas a días y duran mas de 24 hrs. A diferencia de un infarto cerebral que se presenta en un par de minutos.

La enfermedad también presenta síntomas neurológicos paroxísticos, es decir que van y vienen durante el día, como sensación de corriente por la espalda al flectar el cuello, hormigueo de extremidades, dolor en extremidades, etc. Se producen porque el impulso nervioso se transmite más lento y generalmente sucede cuando aumenta la temperatura corporal (ejercicio, fiebre, temperatura ambiental elevada, saunas, etc).

Junto con estos síntomas el paciente puede experimentar también cansancio generalizado (fatiga) y dificultades de concentración y memoria.

Esta enfermedad se comporta muy diferente en cada paciente. Cada paciente es diferente.

El tratamiento de la enfermedad se puede dividir en 2:

  • Tratamiento de los brotes: se utilizan anti-inflamatorios (corticoides) endovenosos por 3-5 días. No todos los brotes requieren tratamiento con corticoides.
  • Tratamiento de la enfermedad propiamente tal: esta enfermedad requiere un tratamiento para modular el sistema inmunológico (que esta anormalmente activo) y así evitar la inflamación aguda (brotes) y crónica. Mientras antes se inicie el tratamiento mejor.

Existe una gran gama terapéutica, sin embargo, la decisión de que fármaco utilizar es de carácter individual (diferente en cada caso) y requiere de una evaluación clínica exhaustiva.

Algunos de estos tratamientos se encuentran bajo cobertura GES (AUGE) y otros de mayor potencia cubiertos por la ley Ricarte Soto.

Lugares de Atención

Centro Médico Quilín
Hospital Clínico Universidad de Chile (HCUCH)

  Mar Tirreno 3349, Peñalolén
 +56 2 2978 8000

Centro de Especialidades Neurológicas Avanzado CENEA

Lo Fontecilla 101, depto 1006, Las Condes 
+56 9 9041 8056